domingo, 4 de marzo de 2012

Primer Diente

(aunque aún no hemos acabdo con los exámenes he encontrado un hueco para poner esto profe)


  Sábado, comienza a oscurecer, se trata de una típica tarde de mediados de octubre donde los rayos del sol se confunden con el rojizo de las hojas. Te necuentras en casa de tus abuelos, a la izquierda está el televisor encendido en un programa aburrido que no está viendo nadie pero no te dejan cambiarlo, sólo tienes cuatro años y te parecen los minutos como horas. Tus primas, con las que podrías haber podido jugar, no han venido. Están sólo tus padres, tus abuelos y tu tía. Comienzas a mover la lengua jugando con algo que toienes entre los dientes desde hace unos días. No se los has contado a tus padres porque no le has dado importancia. Cansada te metes los dedos en la boca y lo arrancas, tu madre, sobre la que te encuentras sentada, cuando te ve sacarte algo de la boca te da rápidamente un manotazo en la mano creyendo ser comida, mientras te echa en cara tu limpieza bucal. Cuando el on¡bjeto cae al suelo hace un ruido sobre el mármol mostrando que no es un simple trozo de carne.Inmediatamente encienden la luz y encuentran en el suelo el primer diente de leche que se te ha caído.




Noelia (no me importa que se sepa quien soy)

sábado, 25 de febrero de 2012

Prólogo

Aquí empezamos el blog de recuerdos compartidos. Y para que no se diga empezaré yo.
Es septiembre de 1996. Tienes 18 años. Estás en la playa. Está anocheciendo. Juegas al fútbol con tus amigos. Sientes la arena en tus pies. Corres, saltas, sudas. Cada músculo de tu cuerpo responde inmediatamente a tus deseos. Sientes la brisa. Tu pie izquierdo toca el balón. Tus dedos se cuelan entre la arena y la pelota, que se eleva hasta la altura de tu pecho. La golpeas antes de que vuelva a tocar arena, echas a correr. Plenitud. Ries, gritas. Te lanzas al suelo persiguiendo el balón. Te levantas rapidamente. La arena se adhiere a tu cuerpo. Vuelves a correr. Sin saber por qué miras al mar. Te paras. Escuchas el mar. Te llama. Tu pantalón y tu canzoncillo caen al suelo. Echas a correr. El agua en tus pies, en tus piernas, en tu pecho. Te sumerges. Nadas, te dejas flotar. Ríes. Miras hacia la playa. Solo uno de tus amigos te imita. Casi ha anochecido. El resto te miran, unos divertidos, otros extrañados. Puede parecer estúpido o tópico pero te sientes libre. Te sientes feliz. Te sientes completo. Estás solo y al mismo tiempo no estás solo. A través del agua tocas toda el agua del mundo. Tocas toda la Tierra. Sientes toda la Tierra. Ha anochecido. Sientes la noche. No puedes parar de sonreír. Sigues flotando.